Es un volcán extinto ubicado a 45 kilómetros al sureste de Quito, en el límite noreste del Parque Nacional Cotopaxi. La ascensión es mayormente una escalada, y el acceso es más limitado que otros picos en Ecuador. Esto hace que sea una montaña con menor frecuencia de visitantes, pero aquellos que hacen el esfuerzo para llegar serán recompensados con una tranquila ascensión de aclimatación y una vista espectacular del bosque nuboso y volcanes cercanos. A lo largo de la ruta hay una impresionante vista del Cotopaxi, Ilinizas, Antisana, Rumiñahui, y la parte posterior del Pasochoa. También podemos ser capaces de detectar caras caras, halcones, águilas y el rey de los Andes, el cóndor.

Sus picos más altos son las chimeneas erosionadas, todo lo que quedo después de la actividad volcánica en 1877 y tiempo atrás. Estos son casi imposibles de subir, debajo de la cumbre se encuentran rocas sueltas y las fuerzas de erosión en las chimeneas las han dejado podridas. Ascenderemos por la ruta noroeste hasta un lugar justo debajo de las cumbres más altas. Esta fue la misma que se tomó en la primera ascensión de este pico en 1880 por Edward Whymper y los Hnos. Carrels, sin embargo, cuando realizaron la cumbre, todavía era una montaña con glaciar.

Aprenderemos sobre la historia natural del área en el Museo Mariscal Sucre, el centro de visitantes del parque. Aquí podemos observar un modelo 3-D del parque y pantallas informativas sobre la actividad volcánica en el Cotopaxi. Las caminatas alrededor de esta zona son excelentes para la observación de aves, y los visitantes son a menudo capaces de detectar una manada de caballos salvajes o llamas deambulando a lo largo de la meseta de Limpio Pungo.